A 150 años de Presencia en México

La Iglesia Metodista de México, A.R., extenderá el Reino de Dios mediante la proclamación del Evangelio y la afirmación de la Doctrina, haciendo de esto un estilo de vida, proyectándolo en crecimiento, en membresía y en servicio a la comunidad.

La Iglesia es de Dios y ha sido formada con un propósito.

Dios nos ha llamado para adorarle y para servirle. La Iglesia es el instrumento que Dios quiere usar para que su Palabra sea dada a conocer y el mundo pueda tener un encuentro personal con Jesucristo. Somos llamados para predicar el mensaje de salvación en Cristo Jesús, a integrar nuevos miembros en la familia de Dios, a enseñarles los mandamientos y estatutos que el Señor nos ha dejado en su Palabra, para que todos podamos vivir conforme a la voluntad de Él.

Somos parte de la Iglesia Cristiana Universal, somos parte del metodismo histórico,

somos parte de un avivamiento evangélico que inició en el redescubrimiento de la experiencia viva de la gracia de Dios y del testimonio del Espíritu a nuestro espíritu que consiste en un retorno a la experiencia y doctrina de la salvación por la gracia universal de Dios en Cristo Jesús, experiencia personal, honda y viva, que se confirma y manifiesta, primeramente, por el testimonio interior del Espíritu Santo, de que somos hijos de Dios y hemos sido perdonados, lo cual produce un gozo y una paz profundos; y en segundo lugar, por una vida llena de amor, consagrada al servicio de Dios y del prójimo, e impregnada del sentir que hubo en Cristo.

He aquí, pues, la esencia del metodismo es:
«Experiencia de la Gracia Regeneradora de Dios en Cristo Jesús»